Medinaceli ofrece a sus visitantes una mirada al pasado a través de sus calles empedradas, murallas antiguas e impresionantes monumentos entre los que cabe destacar la majestuosa iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el castillo de Medinaceli o el el arco romano.
Pero esta pintoresca localidad no solo es un destino para los amantes de la historia, sino también para los aficionados a la naturaleza. Rodeada de paisajes montañosos y valles verdes, la zona ofrece numerosas rutas de senderismo y actividades al aire libre que permiten a los visitantes conectar con la naturaleza y disfrutar de la tranquilidad del entorno.
Este singular tesoro arqueológico, único en España por su triple arcada, marca la entrada a la ciudad y rememora la antigua Vía Augusta.
A lo largo de los siglos, el Arco Romano de Medinaceli ha resistido el paso del tiempo y los elementos naturales, convirtiéndose en un icono venerado por la comunidad local y un destino turístico imprescindible para los visitantes interesados en la historia y la arqueología.
Esta antigua fortaleza de interior totalmente restaurada se alza imponente sobre el pueblo y evoca tiempos de nobleza y caballeros, ofreciendo vistas panorámicas incomparables de los alrededores.
El mosaico, fechado en el siglo III d.C., es una obra maestra de la técnica romana de pavimentación, compuesta por miles de pequeñas teselas de colores brillantes que forman intrincados diseños geométricos y motivos decorativos. Es uno de los más grandes y mejor conservados de su tipo en la península ibérica.
Construida durante el dominio musulmán de la región, la Puerta Árabe se destaca por su arquitectura distintiva, caracterizada por arcos de herradura, muros de piedra y detalles ornamentales que reflejan la habilidad artística de la época. Esta puerta servía como punto de acceso y defensa, controlando el flujo de personas y mercancías que transitaban por la zona.
Este magnífico palacio, también conocido como el Palacio de los Duques de Medinaceli, se erige como un símbolo de poder y prestigio desde su construcción en el siglo XVI. Obra de Don Juna Gómez de Mora, tuvo que ser restaurado y ahora acoge a la fundación DEARTE
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